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Nuevo rescate de Vonnegut.
Tiempo atrás, en España, se tradujo “La cartera del cretino” o “Sucker’s
Portfolio”, una compilación de textos del fallecido Kurt Vonnegut (1922-2007)
recuperados de entre los papeles de su autoría que se encuentran en la
biblioteca de la Universidad de Indiana. El libro apareció en inglés en 2013 y
previamente los relatos que lo componen fueron difundidos por Amazon para e
books.
“La cartera del cretino” ha tenido escasa
circulación en la Argentina (de ahí la demora en comentarla en este blog) y se
suma a otros libros póstumos del autor de “Matadero cinco”, tales como “Mira al
pajarito”, “Mientras los mortales duermen”, “Cronomoto” y “Que levante mi mano
quien crea en la telequinesia”. Vonnegut fue un gran humanista (y mejor
humorista) que en sus últimos años de vida agudizó su visión pesimista de la
vida.
La cartera del título es el denominado
portfolio, de bienes o acciones que comercializan los corredores de bolsa a
nombre de sus clientes. “La cartera del cretino” podría ser más bien titulado
“El portfolio del tonto”, puesto que el que narra es un corredor de bolsa que
cuenta cómo y por qué un muchacho, al parecer atolondrado, liquida la mitad del
dinero que ha heredado en acciones para ayudar a una mujer, una aparente
prostituta. Aunque la realidad termine siendo otra cosa.
El libro está integrado por otros cinco
relatos, escritos en distintas épocas, algunos de los cuales (“Entre tibio y Tumbuctú”
y “Señorita Snow, está usted despedida”), se muestran los más complejos y
ricos, en logros e intenciones. El libro se completa con un ensayo que busca
explicaciones –sin encontrarlas- sobre la crueldad humana y un último texto
inconcluso que incursiona en el terreno de la ciencia ficción.
Siempre satírico e irónico, “La cartera del
cretino” muestra también a un Vonnegut un tanto escéptico sobre el ser humano y
la felicidad que se puede alcanzar en la vida. Son relatos ligeramente amargos
y -al mismo tiempo- atractivos, propios del gran autor que siempre
fue.
(Malpaso
Ediciones, Madrid, 143 páginas. Traducción de Ramón de España. En España: 18,50
euros. En Argentina: 370 pesos).
Oates
y Vargas Llosa, el trabajo que no cesa. A los 78 años, la norteamericana Joyce Carol Oates sigue sorprendiendo
por su extraordinaria producción literaria, que abarca tanto la novela como el
relato, la poesía como el ensayo. Hasta llegó a tener dos seudónimos (Rosamond
Smith y Lauren Kelly) para firmar sendas series de ficciones. Para que el lector
tenga mejor idea de lo que estoy expresando, comento que en los Estados Unidos
se está promocionando su más reciente
libro de ensayos, “Soul at the White
Heat“, en el que reflexiona sobre el acto de escribir. A ese título se le suma
otro libro de ensayo aparecido también en 2016, tres novelas publicadas después
de “Cartago” (de 2014) y otros tantos libros de cuentos o relatos cortos. Con
la aclaración adicional de que sus ficciones resultan muy diferentes entre sí y
siempre de gran solidez narrativa y argumental.
Quien tampoco baja los brazos es
el peruano Mario Vargas Llosa. Viajero del mundo, ha dictado cátedras en
Estados Unidos, participado de encuentros y coloquios (asistió y disertó en la
última Feria del Libro en Buenos Aires), luego de obtenido el Premio Nobel ha
mantenido su columna semanal periodística –que se publica primero en El País de
España y luego en distintos medios del mundo- publicó un ensayo (“La
civilización del espectáculo”), un libro de relatos basados en textos antiguos
(“Los cuentos de la peste”) y dos novelas (“El héroe discreto” y “Cinco
esquinas”) y ahora se encuentra preparando una
serie de notas que comenzará a publicar
el mismo El País a partir del 1 de julio, sobre sus experiencias en Israel y los
territorios palestinos, que termina de recorrer. Eso, sin dejar de recordar que
en marzo cumplió ochenta años y que hace un año vive su tan publicitado romance
con Isabel Preysler. Genios y figuras…
El
regreso de Márai. En este mismo blog, en reciente
nota, recordé lo importante que resultó el rescate de la ucraniana-francesa Irène
Némirovsky (y de su novela de 1938, “La presa”). Parecida significación tuvo la recuperación
de vida y obra del insigne autor húngaro Sándor Márai (1900-1989). Gracias a
ese rescate, los lectores contemporáneos pudimos conocer su valiosísima
producción narrativa de las décadas de 1930 y 1940 (“El último encuentro”,
“Divorcio en Buda”, “La mujer justa”, “La herencia de Eszter”, entre otras),
así como sus textos memorialísticos “Confesiones de un burgués” (1934) y
“¡Tierra, tierra!” (1972). A estos dos últimos se le suma ahora “Lo que no
quise decir”, material que en vida Márai no quiso que tuviera difusión en otro
idioma que no fuera el húngaro, porque en esas páginas criticaba con acritud el
comportamiento de sus compatriotas, tanto durante la invasión nazi como en los
primeros años de gobiernos comunistas. La producción de este escritor fue vastísima,
puesto que siguió publicando hasta meses antes de su muerte, cuando se suicidó
en Estados Unidos –donde residía- a causa de la soledad y de las enfermedades
que lo aquejaban en la vejez.
En cuanto al libro, las críticas
que realizó en los años primero de colaboración con el gobierno de Hitler y
luego de ocupación por los nazis, fueron consecuencia de que a Márai le
generaba fuerte disgusto la complacencia de muchos húngaros y de los gobiernos
de turno con el nacionalsocialismo y las tropelías que cometía, especialmente
contra los judíos. También expresó su rechazo al comunismo, que lo llevó a
dejar Hungría en 1948 para no regresar jamás. Márai defendía, por cierto, un
mundo burgués decadente que, aunque injusto, venía modificándose en términos de
democracia y libertad y que, sin embargo, no pudo imponerse hasta que desapareció.
Importan claro está estos rescates, pero quisiéramos conocer más de su obra
narrativa aún sin traducir, entre ellas las dos
novelas que completan la
trilogía iniciada con “Los rebeldes”. Son muchos los libros que faltan verter
al castellano, puesto que en su idioma natal de Márai se han publicado más de
70 volúmenes.
(Salamandra, Barcelona, 2016, 160 páginas. Traducción de María Szijj y
J.M. Gonzalo Trevejo. En España: 17 euros. En Argentina: 245 páginas).
Actividades
literarias en Santa Fe. Certamen de cuento y poesía
para autores jóvenes. Con el fin de estimular la labor de las nuevas
generaciones literarias, la Asociación Santafesina de Escritores (Asde),llama a
concurso para los premios Mateo Booz (cuento) y José Cibils (poesía). Podrán
participar autores desde los 16 hasta los 29 años. La convocatoria es para
autores nativos y/o residentes de la provincia de Santa Fe y, en carácter de
invitados, se convoca a escritores de Entre Ríos. Los trabajos deberán ser
inéditos. En la categoría cuento se
admitirá una obra con hasta un máximo de cuatro páginas A4; y en poesía, hasta
cincuenta versos (líneas). Dentro de este límite podrán presentarse uno o
varios poemas que mantengan una unidad (tríptico). Se permitirán hasta dos
envíos, separados, por autor en cada género. No podrán intervenir quienes hayan
sido premiados en ediciones anteriores, en la misma especialidad en que fueron
distinguidos.
Los trabajos deberán presentarse
en tres ejemplares, debidamente abrochados. En la cubierta de cada ejemplar se
hará constar: nombre del premio al que aspira, título de la obra y seudónimo.
Se deberá adjuntar un sobre en cuyo anverso consten los mismos datos (a, b y
c). En el interior del mismo, se incluirá nombre y apellido del autor,
domicilio, teléfono, e-mail, fotocopia del DNI y antecedentes literarios si los
tuviera. Las obras se enviarán a: Asde Certamen Literario Autores Jóvenes,
Casilla de Correo Nº 15. Correo Central, (3000) Santa Fe. La recepción de los
trabajos estará abierta hasta el 29 de julio venidero. Los premios, en ambos
géneros, consisten en la edición de 150 ejemplares de la obra en formato de
plaqueta o pliego. El jurado, integrado por tres miembros calificados, estará
facultado para otorgar hasta tres menciones en cada género y/o declarar el
premio desierto y deberá expedirse antes del 15 de septiembre venidero.
A su vez, la Sociedad Argentina
de Escritores (Sade) de Santa Fe realizará un acto en conmemoración del
cuadragésimo aniversario de su fundación, el próximo miércoles 29 de junio a
las 18 en el Museo de Arte Contemporáneo, de la Universidad Nacional del
Litoral, Bulevar Pellegrini 1578, de la ciudad de Santa Fe. En la ocasión se
presentará una antología literaria integrada por textos (prosa y poesía) de más
de cincuenta socios de la Institución, quienes leerán algunos trabajos de su
autoría. Como cierre del encuentro actuará el músico Juan Manuel Part..
Grafton
o las últimas noticias de Kinsey Millhone. Hace más de treinta años que la norteamericana Sue Grafton viene
escribiendo “el alfabeto del crimen”, que tiene como protagonista a la
detective privada Kinsey Millhone. Con “X, de rayos X”, conocida este año en
nuestro idioma, la autora sigue aproximándose al final de la serie que se
propone no continuar una vez que entregue la novela que dedique a la letra Z.
El libro aludido apareció en las postrimerías del año pasado en inglés y ahora
se lo difunde en nuestro idioma.
La intención de Grafton, que
sostuvo en todo este tiempo, fue que su personaje mantuviera una determinada
edad (o que en todo caso “creciera” de a poco), de ahí que aunque entre novela
y novela puedan pasar algunos años, no ocurre lo mismo con Kinsey. Es por eso
que la última de las novelas transcurre en 1989 y la protagonista tiene 38 años
de edad. El otro compromiso con el que ha cumplido es que Millhone sea una
criatura literaria, por lo que nunca llegó al cine o a la televisión.
En “X, de rayos X”, la detective
que al parecer nunca conocerá los teléfonos celulares o móviles ni, menos,
Internet, deberá lidiar con el robo de un cuadro de Turner, una pareja de
ancianos poco confiable y la historia de un (¿presunto o cierto?) asesino de
mujeres que sabe disimular muy bien sus huellas. El libro tiene la comicidad, o
en todo caso el sostenido
humor de la narradora (quien nos habla a través de la
propia Kinsey) que vuelve grato aún lo ingrato. Y, como contrapartida, también su
manía por los detalles superfluos que alargan sin necesidad las historias. Que,
confesión de parte, pese a sus “peros” resultan adictivas.
(Tusquets, Barcelona-Buenos Aires, 2016, 492
páginas. Traducción de Victoria Ordóñez Diví. En España: 20 euros. En
Argentina; 389 pesos).
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